Aprovecha tu viaje para aprender nuevas actividades con toques tradicionales. Mira estas tres clases únicas y divertidas que puedes llevar en la tierra de los Incas.
Tejidos con tejedoras nativas
¿Dónde? En el Centro de Textiles Tradicionales del Cusco.
¿Cómo? Las instructoras son oriundas de Chinchero en el Valle Sagrado. Las clases son personalizadas y, más allá de lo que lograrás dominar, te llevarás una experiencia única compartiendo junto con mujeres maravillosas.
¿Las clases? Son 4 clases distintas y privadas de 3 días cada una. Una se enfoca en el arte de hilar la lana: cómo transformar la lana bruta en un hilo delgadito y sedoso usando una rueca. La segunda clase te propone aprender a tejer en un telar tradicional de madera que se coloca en la cintura. Tejeras “jakimas”, cintas delgadas que las niñas tejen para aprender. La tercera clase es propiamente de tejido ya con agujas. Las agujas llegaron con los españoles pero las tejedoras nativas las hicieron suyas. La combinación de puntos y colores se expresa con mayor fuerza en los chullos que se ponen los hombres. Esta clase ya no es para principiantes, hay que tener dominio de las agujas para disfrutarla. La última clase expone el arte del trenzado, como para trenzar hondas de tiempos incaicos con lana de llama la más gruesa, desde la colonización también se usa lana de oveja. Los diseños son infinitos.
Cerámicas y chocotejas en familia
¿Dónde? Con Faces of Cusco, una agencia creativa.
¿Cómo? La chocoteja es una especialidad del sur de Perú, de la región de Ica. Es un chocolate con diversos rellenos sabrosos. Harás las tuyas a tu gusto con quínoa, nueces, dulce de leche… aprendiendo sobre cacao peruano. Luego empieza el taller de cerámicas donde pintarás la figura de tu elección entre “Toritos de Pucará” (que cuidan las casas en el Titicaca y traen buena suerte), “tumis” (un cuchillo usado en sacrificios y sagrado) o vasijas tradicionales. Son recuerdos típicos hechos 100% a mano y, lo mejor, ¡hechos por ti! Es la opción ideal para las familias.
Cuentan con otras propuestas como el tour del mercado San Pedro de la mano de sus vendedores (de 11 a.m. a 1 p.m.), chocotejas y vino (de 5 p.m. a 6:30 p.m.) o las clases de pisco para empezar una gran noche en la capital de los Incas (9 p.m. a 10:30 p.m.).
¿Las clases? De lunes a sábado, de 9 a.m. a 10 a.m.
Cocina casera en privado
¿Dónde? Con Seledonia quien levantó su negocio con su propio esfuerzo.
¿Cómo? Lo mejor es ir a probar un plato de la carta de Seledonia’s Mesas, su restaurante. Sirve una comida casera de primera y platos del día. Una vez convencido, coordinas el horario con ella misma. Primero te lleva a la sección de panes del mercado San Pedro y luego al mercado Cascaparo, más popular y auténtico. Luego regresas a cocinar en la misma cocina de su restaurante el plato que más te apetece (lomo saltado, pollo novó-andino, entre otros). Incluye la preparación de una bebida, refresco de tumbo (fruta del valle), pisco sour o pisco de coca. Y el mejor postre del Cusco, sus croquetas de quínoa con frutos secos y salsa de vino. La experiencia es más sincera que en clases de grandes agencias.
¿Las clases? En la mañana empezarás entre 7 a.m. y 9 a.m. por un promedio de 4 horas. La clase de la tarde empieza a las 3 p.m. Todo es a medida del cliente.