El circuito religioso te permite visitar la Catedral del Cusco, el museo Arzobispal, el Templo San Blas y el Templo San Cristóbal. ¡Síguenos por este recorrido entre las joyas de la fe en Cusco!
En junio todo Cusco esta de fiesta. Se viene la fiesta más famosa del Perú: el Inti Raymi, el 24 de junio. Y hace poco se celebró el Corpus Cristi, fiesta religiosa católica, donde los altares o santos dan vueltas por la ciudad. Si te interesa el tema de la fe y su expresión, no te pierdas el circuito religioso: ocasión perfecta para visitar las principales iglesias y monumentos religiosos.
1. La Catedral
De 4000 m2, 5 naves, 11 capillas, 7 santuarios, un coro… Tardó 132 años en construirse sobre el Palacio del Inca Wiracocha y se culminó en 1709. Hay que visitarla con cuidado y seguir paso a paso las historias que cuenta la audio guía (te tomará tres horas), pero más que la Catedral, se trata de un recorrido por toda la historia del Cusco y su colonización.
Lo que no te puedes perder:
- Los lienzos de Marco Zapata: Son 54 óleos en todos los arcos de la Catedral. Él está considerado como el pionero del arte cusqueño, con una pintura mestiza que mezcla símbolos católicos y nativos. Por ejemplo, su interpretación de La Última Cena incluye las estrellas fugaces del nacimiento, pero también un cuy como plato principal en la mesa.
- El altar del fondo: Se ubica justo detrás de la puerta del Perdón, por la entrada a la Basílica. Fue construída para que la gente que se encuentra dentro de la iglesia no se distraiga cuando ingresen otros feligreses. Ahí encontrarás a la Virgen del Perdón, una especie de Mona Lisa cusqueña que te sigue con la mirada.
- Los tallados en cedro: El coro es lo más impresionante por sus 42 santos. El púlpito también es una obra refinada. No te pierdas (arriba del coro) los dos órganos gemelos del siglo XVII que aún se tocan en fechas especiales.
- El altar mayor: Construído con una donación de 1250 kilos de lámina de plata.
- La cúpula de piedra del Templo El Triunfo: Formada por cuatro pilares cruciformes, los cuales se levantan sobre los pedestales que dibujan cuatro arcos que sostienen la estructura de la cúpula central. Mira las cuatro pinturas en la media luna que forma cada arco. Un trabajo hermoso y sencillo, a la vez, que contrasta con la fastuosidad de todo lo demás.
2. Museo Arzobispal
En esta casona preciosa con pileta central y aves que vienen a picar sus flores, encuentras arcos y pasadizos impecables; y salas con posesiones importantes de la jerarquía católica a través de los tiempos. No te olvides mirar las puertas y balcones de madera tallada.
Lo que no te puedes perder :
- La litera de la nobleza cusqueña: Una carroza que llegó a manos del museo en su estado original y nos cuenta sobre otros tiempos del Cusco.
- Los lienzos con sobredorado: En la imagen de la Virgen, la técnica de la filigrana va vistiendo la pintura de miles de hilos de oro delicados. Se observa en varias obras.
- Los dos cuadros en vidrio pintado y tallado en bisel: Al salir de la primera sala, son dos joyitas únicas de esta técnica que recargaba de trabajo el mismo cuadro. Aún encuentras espejos con un trabajo similar o inspirado en las tiendas de artesanías.
- El pequeño órgano: De dos fuelles que resulta ser el primero de su género que llegó a Perú.
3. Templo de San Blas
Fue el primero en ser construido en el Cusco cuando este barrio, hoy bohemio, se llamaba aún Toqo Qachi. Construido en adobe y sillares de piedra, humilde por fuera, pero alberga en su interior joyas únicas.
Lo que no te puedes perder :
- Los frescos en los techos apenas pasando la entrada.
- Los lienzos que visten las paredes del templo. Evocan la vida del martirio San Blas. Son de uno de los maestros de la escuela cusqueña: Diego Quispe Tito.
- El púlpito de San Blas: Alberga más de 70 figuras y símbolos como diablos, uvas, plátanos, pacay. Lo sostiene 8 cuerpos semi desnudos. Un ejemplo más del mestizaje.
- El retablo de la Virgen del buen suceso: Fue acabado en pan de oro por el oficial dorador Juan Tomás Tuyru Túpac, célebre maestro colonial cusqueño.
4. Templo de San Cristóbal
Fue renovado y su techo, como las vigas que lo sostienen, son inmaculados. Este es el templo más alto del Cusco: el que siempre ves mirando a la Plaza de Armas desde una esquina. Muchos suben aquí por la vista panorámica. Recomendamos hacerlo a pie, se puede acceder por la calle Saphy para luego tomar la Cuesta de la Amargura, por la calle Suecia o, si vienes de San Blas, por la calle Tandapata y girar a la izquierda. Vale entrar y subir a su torre.
Lo que no te puedes perder :
- Su altar mayor barroco un tanto más sobrio que en otros templos. Fíjate en el nacimiento central, pintado en sombras sobre las dos puertas, rodeado de una corona de espejos.
- Su balcón dorado con la pared del fondo que alberga hermosos lienzos en filigrana. Ubica a la imagen de la Virgen en el nicho central.
- Subir a la torre que va incluida en la entrada, para ver caer la noche sobre la ciudad del Cusco y los cerros al fondo.
Estos 4 lugares son parte del Circuito Religioso Arzobispal que pone en valor el arte religioso virreinal. El boleto integral cuesta 30 Soles (15 para un estudiante) cuando solo la entrada a la Catedral vale 25 Soles y cada templo o museo adicional 10 Soles. Puedes usarlo dentro de 10 días después de la compra y visitar cada sitio con tiempo o cuando lo deseas. Las audio guías en varios idiomas están incluidas y están muy bien hechos, con entrevistas y detalles.
Oficina: calle Cuesta del Almirante N°116 Cusco