Una cosa es segura: Machu Picchu es uno de los grandes ejemplos de arte paisajístico del mundo. Los incas veneraban la naturaleza, adoraban los cuerpos celestes y más arroyos y piedras terrenales. El espectacular escenario de Machu Picchu revela cuánto se deleitaron en su entorno. Terrazas empinadas, jardines y templos, escaleras y acueductos de granito y piedra caliza parecen estar tallados directamente en la ladera. Las formas hacen eco de la forma misma de las montañas circundantes, y las ventanas y los instrumentos parecen haber sido construidos para rastrear el sol durante los solsticios de junio y diciembre. Machu Picchu se encuentra 300 m (1,000 pies) más bajo que Cusco, pero usted se imagina exactamente lo contrario, tan anidadas están las ruinas entre las cimas de las montañas y las nubes. Las ruinas se acunan en el centro de un radio de picos andinos, como el pistilo en el centro de una flor.
- Tren de la expedición: la opción económica más cómoda, la expedición tiene asientos blandos y grandes y grandes ventanas a través de las cuales se puede ver el paisaje: Desde US $ 55 por persona (solo ida).
- Tren Vistadome: al igual que el tren de IncaRail, el Vistadome tiene ventanas panorámicas a través de las cuales puede contemplar el paisaje ondulado mientras bebe tés, Estación de salida: Poroy (2 salidas diarias; alrededor de 3h50m); Urubamba (1 salida diaria; alrededor de 3 h); y Ollantaytambo (7 salidas diarias; alrededor de 1h20m-40m).
- Tren Valle Sagrado: Estación de salida: Urubamba (1 salida diaria; alrededor de 3h). Precio: Desde US $ 190 por persona (solo ida). En el viaje hasta Machu Picchu, el vagón bar en este tren de lujo realiza una degustación de pisco (brandy), una forma divertida de mezclarse con otros huéspedes. El equipo culinario utiliza ingredientes peruanos en su comida de tres platos, batiendo cosas como pollo asado con hierbas andinas, puré de yuca y tubérculos del Valle Sagrado con sal de Maras, un pueblo del Valle Sagrado. Las comidas se sirven con una copa de vino tinto o blanco y se completan con té, café o chocolate caliente.
Apreciar a Machu Picchu por sus cualidades estéticas no es un desprecio por su importancia. Los incas obviamente eligieron el sitio por el inmenso poder de su belleza natural. Ellos, como nosotros, deben haber estado asombrados por los picos nevados del este; el accidentado panorama de imponentes montañas boscosas y el acantilado sagrado de Putukusi al oeste; y la ciudad sentada graciosamente como una orgullosa silla de montar entre dos enormes cerros o picos. Al amanecer, cuando los rayos del sol se deslizan silenciosamente sobre la silueta dentada, a veces haciendo que los lejanos picos nevados se vuelvan de un naranja ardiente, y luego, lentamente, con gran dramatismo, arrojan una luz brillante sobre las ruinas edificio por edificio y fila por fila, es suficiente mover un poco. los observadores hasta las lágrimas y otros hasta los gritos de alegría.
Visitando las Ruinas
Nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983 y declarado una de las “Nuevas Siete Maravillas del Mundo”, la imagen de Machu Picchu en todo el mundo sigue creciendo, al igual que el número de personas que quieren visitar las ruinas. Hasta hace poco, hasta 5,000 visitantes por día visitaban Machu Picchu durante la temporada alta, pero la cantidad de visitantes permitidos diariamente ahora se ha limitado a 2,500, lo que hace que las reservas antes de su visita sean fundamentales. Recomendaría comprar boletos en línea con al menos una semana de anticipación (pero si viaja en temporada alta, de mayo a octubre, hágalo lo antes posible para evitar una gran decepción). Incluso con las nuevas regulaciones, tienes que llegar muy temprano en la mañana o quedarte después de las 3 de la tarde para disfrutar de un espléndido aislamiento inca. Aún así, el lugar es lo suficientemente grande como para escapar de la mayoría de los cuellos de botella de los grupos de turistas. El acceso a estos componentes se agota con frecuencia con semanas de anticipación. La capacidad está limitada a dos grupos de 200 personas cada uno, con la primera entrada de 7 a 8 de la mañana y la segunda de 10 a 11 de la mañana.
Las ruinas están abiertas todos los días desde el amanecer hasta el anochecer. Los primeros visitantes, generalmente los que se hospedan en el hotel, llegan del Camino Inca o abordan los primeros buses que salen a las 5:30 am, ingresan a las 6 am. Todos salen antes de las 6 pm. Los boletos ya no se pueden comprar en la entrada: se pueden reservar, comprar en línea (solo Visa) e imprimir (www.machupicchu.gob.pe; tel. 084 / 582-030). Los boletos también se pueden comprar en Aguas Calientes en el Centro Cultural Machu Picchu, Av. Pachacútec s / n (tel. 084 / 211-196), cerca de la plaza principal (solo efectivo, soles). En Cusco, los boletos se pueden comprar (solo efectivo o Visa) en el Museo Casa Garcilaso, Calle Garcilaso SN (tel. 084 / 582-030); PeruRail, Av. Pachacútec s / n; o Hotel Monasterio, Calle Palacios, 136 / Plazoleta Nazarenas. El costo de la entrada es S / 152 adultos (S / 76 estudiantes con carnet ISIC; gratis para niños menores de 8 años). Los boletos son válidos por 3 días a partir de la fecha de compra, pero son válidos para la entrada de un solo día. Tenga en cuenta que otra regulación nueva es que se requieren boletos anticipados para el acceso adicional a Huayna Picchu, el sendero empinado hacia la cima de la montaña con vista a Machu Picchu y el Templo de la Luna. El acceso a estos componentes se agota con frecuencia con semanas de anticipación. La capacidad está limitada a dos grupos de 200 personas cada uno, con la primera entrada de 7 a 8 de la mañana y la segunda de 10 a 11 de la mañana. El boleto combinado (Machu Picchu – Huayna Picchu – Templo de la Luna) es de S / 200 adultos, S / 100 estudiantes.